Era el momento en el que la música disco sonaba hasta en los anuncios comerciales y nuestro país tan correcto y tan de siempre exportaba buenas voces pero su sonido no acababa de tomarse en serio fuera de nuestras fronteras. Algunos artistas españoles intentaron explotar un registro diferente con aquellos ritmos que arrasaban en las listas de ventas. Salvo excepciones como Barrabás o Vicente Calderón, las incursiones musicales con las nuevas tendencias soul-funk eran pruebas oportunistas y así en el intento se creó espontáneamente un híbrido entre el sonido Philadelphia y un nosequé. Alguien le debió decir a Paloma San Basilio que tenia voz de cantante soul, a Camilo Sesto que era el cuarto hermano de los Bee Gees , a Sergio y Estíbaliz intentaron venderlos como la imagen fresca, dinámica y juvenil del progreso, Jeanette, que ya venía con ese acento exótico quería despojarse de toda su tristeza en las boites locales, Julio Iglesias proyectaba su fama en los círculos mas selectos ...
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